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Jorge Luis Borges en Sicilia
Foto de Ferninando Scianna
Liliana Hecker: Virgilio quiso quemar La Eneida, pero no llegó a hacerlo. Kafka encomendó la desaparición de su obra nada menos que a su amigo Max Brod. ¿No cree que en el fondo ningún artista, y ningún ser humano, quiere desaparecer, no dejar rastros?
Jorge Luis Borges: Yo creo que, en el caso de Virgilio, lo que él quería dejar claro era que él no consideraba que La Eneida fuera perfecta; no la había concluido; el libro quedó inconcluso. Lo que él quería decir era: yo no asumo la responsabilidad de esa obra. Y Kafka también. Pero al mismo tiempo ellos sabían que los amigos iban a desobedecerlos, porque, si no, la hubieran quemado ellos, es evidente...
[En cambio] Dicen que [François] Rabelais dijo: “Voy hacia el gran tal vez”. Le grand peutêtre.
Aquí, en radar de Página12, la entrevista completa a Borges, sobre la muerte y la vida.
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