jueves, 28 de diciembre de 2006

Fotos notables: Beirut desvastada de Thomas Dworzak (Magnum) en Time


Beirut Desvastada por los raids israelies
Link a las mejores fotos del año según la revista Time

Libros para leer: Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar

Historiadora, poeta y novelista, como le gustaba definirse, Marguerite Yourcenar (1903-1987) es la autora de Memorias de Adriano. De madre belga y padre francés, Marguerite de Crayencour —tal su verdadero nombre— nació en Bruselas, Bélgica, el 8 de junio de 1903. El de Yourcenar, un anagrama de su verdadero apellido, lo eligió junto con su padre cuando ella tenía 16 años. Memorias de Adriano le llevó a la autora unos 20 años de su vida. En ese lapso escribió y destruyó varios bocetos, hasta que, finalmente, en 1951, salió a la luz. Trata sobre aquel emperador romano del siglo II, un hombre que pasó a la historia por haber favorecido a las artes, preocuparse por la ecología y mejorar la condición de los esclavos.

La ensayista francesa y profesora de la Universidad de Georgetown, Michéle Sarde, se ocupó de la vida y obra de Yourcenar. Sobre Memorias de Adriano, dijo: "Evoca a un hombre que construye su felicidad como una obra maestra pero a quien la pasión por el bello Antinoo y el dolor de haberlo perdido harán oscilar hacia un vértigo de inmortalidad en honor al ser amado. Con él comparte Marguerite una sabiduría inspirada de las doctrinas orientales que consiste en prepararse para la muerte, en percibir su perfil y adentrarse finalmente en ella con los ojos abiertos".

En 1980, Yourcenar fue la primera mujer en ser incorporada a la Academia Francesa. Antes, en 1939, guerra mundial de por medio, se instala en los Estados Unidos donde, en 1947, le otorgaron la ciudadanía. Murió en 1987.

Hay una edición traducida por Julio Cortázar.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Poesia: Istantes de Jorge Luis Borges

Instantes
Si pudiera vivir nuevamente mi vida
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes,contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.
Jorge Luis Borges

Los pecursores de Borges, por Por Iván Almeida en Radar libros, suplemento del diario Página12 del 02/07/2000

jueves, 21 de diciembre de 2006

Historia Argentina: Estallido del 20 setiembre 2001














Los 7 jinetes del Apocalipsis:
A 5 años del estallido social del 20 setiembre 2001 me gustaría evocaruna foto de clarin que representa a 7 policías montados cabalgando por Diagonal Norte hacia plaza de Mayo (sé vé el obelisco por atrás) sobre las escorias que habian quedado despues del enfrentamiento con los manifestantes.

Ver suplemento especial en página12 de ayer
Suplemento Zona del diario Clarín del 17/12/06
Suplemento Enfoques del diario La Nación del 17/12/06
Reflexiones en la revista on-line "El interpretador" , numero 29, dicembre 2006 (aconsejada por Daniel Link)


EN realidad los jinetes de los que habla el Apocalipsis eran sólo 4. (Ap 6:1-8) Montando cada uno un caballo con un color característico, estos jinetes llevan plagas a toda la humanidad (recordando que el número 4 representa a toda la Creación, por lo que las plagas se extenderían entonces por toda la Tierra). Recordando el significado de los colores, la interpretación más común de lo que cada jinete representa sería la siguiente:
Caballo rojo, representa la guerra.
Caballo negro, representa el hambre.
Caballo verde o amarillento, representa la muerte, o para otros la enfermedad.
Caballo blanco, representa para algunos la muerte, pero por el hecho de que los cristianos no creen que la muerte sea invencible, representaría más bien a Cristo.

Arriba una pintura de Durero sobre los 4 jinetes.

lunes, 18 de diciembre de 2006

Rodolfo Walsh: vida y obra

Artículo de Daniel Link publicado en Diario Perfil, suplemento Cultura (Buenos Aires: domingo 17 de diciembre de 2006) y en su blog

A 30 años de su muerte, se edita la primera biografia del escritor
Rodolfo Walsh, modelo 2007
El 25 de marzo del año que viene se cumplirán tres décadas del asesinato de uno de los más grandes autores argentinos del siglo XX. Adelantándose a una extensa serie de homenajes, acaba de aparecer “Rodolfo Walsh. La palabra y la acción”, una biografía intelectual que abarca el itinerario ideológico del escritor y periodista, desde su militancia de juventud en el nacionalismo hasta su adherencia a Montoneros. En los próximos meses se sumarán, además, las reediciones de su obra periodística completa y la de sus diarios y papeles personales.

Un Hombre de honor, un testimonio Por Miguel Bonasso

Qué es leer, según Daniel Link

Leer en verano muchos libros cortos, cuya intensidad tal vez nos arrebate, a mí no me seduce porque equivale a esos confusos recorridos vacacionales (toda Europa en 20 días). Y leer "nueva literatura", un riesgo del que en verano prefiero abstenerme (nada de turismo-aventura).

Link: http://linkillo.blogspot.com/2006/12/mi-mundo-privado.html

Historias: Hospital de Enrique Medina

Página12, Contratapa, Lunes, 18 de Diciembre de 2006


Hospital
De Enrique Medina

Hasta que en las oficinas del PAMI tuvo que hacer los trámites para su padre, la buena mujer había estado convencida de que aún podía considerarse algo atractiva, o perturbadora más bien, e inclusive turbulenta si se presentaba la posibilidad. Pero fue suficiente que el empleado creyera que el anciano con bastón era su marido para que, impiadoso, sobre su cuerpo y su mente un deslave de vida se abatiera sobre ella y la sincerara. Y hace meses que con esa carga deambula en el hospital llevando de aquí para allá a su anciano padre que a su vez carga un fastidioso lunar en la cara. Luego de interminables colas y análisis, en Dermatología le pidieron el implemento correspondiente para el estudio. Compre el importado que es mejor, tiene más filo, le había recomendado la amable doctora Refojo que luego realizó la biopsia delante de un grupo de atentos estudiantes. Obtenidos los resultados luego de casi dos meses, la derivaron al piso inferior donde funciona el Departamento de cirugía plástica. Se dio cuenta, al leer “Epitelioma basocelular lobulado adenoide” en el informe anatomopatológico, que la delicadeza de los dermatólogos al derivar el caso sin insinuarle presagios había sido loable. Ahora, con la misma esperanza de consideración, ingresa al gabinete de la especialista en cirugía general. Esta, auroleada con el decisivo y celestial poder de dioses que se autootorgan ciertos médicos ante los insoportables pacientes-clientes que para no pagar concurren a los hospitales públicos, sin mirarlos despliega un discurso neutro, casi un pensamiento en voz alta, alejado, ritual, ajeno e indiferente, al tiempo que escribe clichés y golpea un sello gastado y torcido. Todo esto sin mirar a los silenciosos intrusos que leen en el cartel de la pared “Está prohibido tomar aspirinas dos semanas antes de la operación”. Termina de firmar las recetas y levanta la vista, descubre que están de pie, así que le ordena al anciano que tome asiento. Cosa que él hace con torpeza, más por el clima intimidatorio que por destornillamientos personales. La especialista explica los estudios que se deben hacer antes de que ella entre a tallar. Que más análisis de sangre, que hay que ir a Nutrición, que hay que hacer rayos también, y que al final Cardiología. ¿Me entendieron?... Si no entendió, pregunte, que le vuelvo a explicar (porque ustedes tienen una cara de idiotas...). Para el análisis de sangre tienen que ir para allá... doblando... al final casi en la esquina; para Nutrición es...; Rayos...; vayan ya; y Cardiología es lo último ¿entendió?... Tiene que ser en este orden porque el nutricionista le va a pedir el análisis de sangre, el de Rayos, el resultado de Nutrición y a lo último Cardiología ¿entendió?... Y vaya ya, así le dan turno, porque si no saca turno ahora... Hace sonar los tacos y cierra filas. La buena mujer queda abrumada y piensa que mucho más abrumado debe estar su padre hundido en la anoréxica silla. Una amiga le había contado que había pedido turno para una ecografía y le habían dado para dentro de tres meses. Así que..., ni hablar. Está la buena mujer acomodando este pensamiento cuando escucha a la especialista que muy suelta de cuerpo dice:
–Lo que tenemos es un cáncer, hay que operar.
Y ahí es que la buena mujer ve desvanecerse a su padre dentro de su propia ropa; el saco flota y los pantalones se convierten en jirones de trapos. Por suerte, la cabeza del anciano emerge desde la oquedad de su nada y retoma su ubicación. Alentada, la buena mujer normaliza la respiración y le dice a la especialista:
–¿Batimos palmas?... ¿Bailamos la jota, cantamos el himno nacional, eh?...
El tradicional frío de los hospitales públicos se congela. La especialista, también mujer de turbulencias, se le nota, por el golpe inesperado retrocede a su rincón pero como pelea de local vuelve al centro del ring y acepta el intercambio franco cuerpo a cuerpo. Se dicen de todo, pero con mesura y distancia. Que usted no me tiene que faltar el respeto, que no se lo faltó, que sí, que usted no tiene sentimientos ni modales con los enfermos, que tomá-pa-vos, que se equivocó de profesión, sepulturera debería ser, que se me retira en este mismo momento, que más que doctora usted es...
Ya fuera del hospital se dan cuenta de que han olvidado el bastón colgado en la silla. La buena mujer quiere volver. Resucitado de su muerte eventual y virtual, el padre le ruega que no se vaya:
–Dejáselo de recuerdo. Puede que alguna vez ella lo necesite.



En la foto el Hospital Italiano de Buenos Aires


Acà una historia completa de los hospitales de Buenos Aires

viernes, 15 de diciembre de 2006

Libros para leer: La invasión de Ricardo Piglia

Ricardo Piglia
La invasión
Editorial Anagrama
ISBN 84-339-7142-5
PVP con IVA 15 €
Nº de páginas 200
Colección Narrativas hispánicas







La invasión, primer libro del argentino Ricardo Piglia, se publicó en 1967 y no se había reeditado hasta la fecha. La presente es una edición revisada y aumentada por el propio autor. A los diez cuentos originales revisados y ordenados, añade ahora Piglia otros cinco de la misma época, aparecidos en revistas literarias, y dos inéditos. En la totalidad de ellos se articula con madurez el mundo narrativo del autor: las obsesiones temáticas, el particular uso del lenguaje y el conocimiento inusual de la mecánica interna de los mejores relatos. Hay ficciones históricas, falibles semblanzas de oscuros perdedores o sentidas historias de infancia. En el fondo, estamos ante una mirada muy personal que indaga en los pliegues de la historia oficial de su país. Además, aparece por primera vez Emilio Renzi, trasunto del autor, que aquí protagoniza el homónimo La invasión, Tierna es la noche y Un pez en el hielo. Por fin disponible después de cuarenta años, la recuperación de La invasión (libro premiado por la Casa de las Américas en 1967) supone una excelente noticia para el lector.

Reseña en "El cultural" - el suplemento cultural del diario el mundo

martes, 12 de diciembre de 2006

Politica: el sistema argentino según Mario Wainfeld

El sistema politico y hasta se diria cultural actual es enormemente faccioso. A la inmensa mayoria de los protagonistas les cuesta establecer acuerdos minimos o reconocer al otro.... Todos deben probar que estàn a la altura de las duras circunstancias y consensuar que, si un enemigo comùn (un enemigo de la convivencia democràtica) ha surgido, lo primero es unirse para enfrentarlo.
Mario Wainfeld en Página 12

Poesía: Nocturno de Oliverio Girondo

NOCTURNO de OLIVERIO GIRONDO
(Publicado en ‘20 poemas para ser leídos en el tranvía’)

Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos.
Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas.
Trote hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón.
¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo,
y cuál será la intención de los papeles
que se arrastran en los patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras,
y en que las cañerías tienen gritos estrangulados,
como si se asfixiaran dentro de las paredes.
A veces se piensa,
al dar vuelta la llave de la electricidad,
en el espanto que sentirán las sombras,
y quisiéramos avisarles
para que tuvieran tiempo de acurrucarse en los rincones.
Y a veces las cruces de los postes telefónicos,
sobre las azoteas,
tienen algo de siniestro
y uno quisiera rozarse a las paredes,
como un gato o como un ladrón.
Noches en las que desearíamos
que nos pasaran la mano por el lomo,
y en las que súbitamente se comprende
que no hay ternura comparable
a la de acariciar algo que duerme.

Curiosidades: cuestión de tamaño




Hace muchos (demasiados) años que vivo en Italia y siempre me pregunté cual era la relacion entre la dimensión territorial de este pais y de nuestra Argentina. Gracias a un software elaboré estos dos mapas. Nunca pensé que fuera tan grande la Argentina!

Fotos notables: Buenos Aires - La Costanera sur sin agua

Vocabulario: Traspapelar

traspapelar.
(De tras1 y papel).
1. tr. Confundir, perder un papel entre otros, haciendo perder el lugar o colocación que tenía. U. t. c. prnl.
2. tr. Perder o colocar en sitio equivocado cualquier otra cosa. U. t. c. prnl.

Sinónimos: extraviar, perder, mezclar, trastocar, confundir, embarullar

Antónimos: ordenar, encontrar

Sito web recomendado: http://www.wordreference.com/definicion/

Libros para leer: Montserrat de Daniel Link

"El material de la ficción de Link tiene alguna coincidencia con el de Arlt, pero la prosa analítica, reflexiva, su puntuación alerta, las frecuentes sorpresas de dicción, todo ello está muy lejos del desmañe arltiano ...." . La Reseña de Edgardo Cozarinsky, publicada en Inrockuptibles, puede leerse acá.
Me interesa sin dudas leer una "prosa analita, reflexiva" pero sobre todo me interesa tratar de descifrar que es "un puntación alerta". De cualquier manera el arte de tapa es genial (Cesar)

lunes, 11 de diciembre de 2006

Esto tambien es arte: Gol de Maradona a River

Gol de Maradona a River en la Bombonera (Boca 3 - River 0) - 1981. Relato de Victor Hugo "Tata" Morales. Nota: ojo al fotografo que se cae al piso por sacarle una fota al diego!

Arte: 50 works of art you should see before you die

50 works of art you should see before you die, according to Guardian art critic Jonathan Jones and his readers (probably the most learned cyber-community on the web)

here are links to all of them:

> Piero della Francesca, The Baptism of Christ (1450s), National Gallery, London
> Antony Gormley, The Angel of the North (1998), Gateshead
> Masjid-i Shah (now Masjid-i Imam) Mosque (largely 1612-1630) Isfahan, Iran
> JMW Turner, Rain, Steam and Speed - The Great Western Railway (exhibited 1844), National Gallery, London
> Claude Monet, Nymphéas (1914-1926), Musée de l'Orangerie, Paris
> Robert Smithson, Spiral Jetty (1970), Great Salt Lake, Utah
> Tikal (AD300-AD869), Late Classic Maya site, Guatemala
> Jackson Pollock, One: Number 31, 1950, Museum of Modern Art, New York
> John Constable, The Hay Wain (1821), National Gallery, London
> The Alhambra (mostly 14th century), Granada
> Mark Rothko, The Rothko Chapel (paintings 1965-66; chapel opened 1971), Houston, Texas
> Matthias Grünewald, The Isenheim Altarpiece (1509-1515), Musée Unterlinden, Colmar
> Masaccio, The Expulsion of Adam and Eve from Paradise (c. 1427), Brancacci Chapel, Santa Maria del Carmine, Florence
> Edvard Munch, The Scream (1893), National Gallery, Oslo
> Giotto, Fresco cycle in the Scrovegni Chapel (1305-1306), Padua
> Vincent van Gogh, The Starry Night (1889), Museum of Modern Art, New York
> Terracotta Army of the First Qin Emperor (c. 210BC), Shaanxi province, China
> Sandro Botticelli, Primavera (1481-1482), Uffizi Gallery, Florence
> Stonehenge (2950BC-1600BC), Salisbury Plain, UK
> Limbourg brothers, Les Très Riches Heurs du Duc de Berry (1413-1416), Musée Condé, Chantilly
> The Book of Kells (c. AD800), Trinity College Library, Dublin
> Ishtar Gate (c. 575BC), Pergamon Museum, Berlin
> Pieter Pauwel Rubens, Descent from the Cross (1611-1614), Antwerp Cathedral
> Hieronymous Bosch, The Garden of Earthly Delights (1505-1510), Prado, Madrid
> Jan van Eyck, The Madonna of Chancellor Rolin (c. 1435), Musée du Louvre, Paris
> Jan Vermeer, View of Delft (c. 1660-1661), Mauritshuis, the Hague
> Caravaggio, The Burial of St Lucy (1608), Museo di Palazzo Bellomo, Syracuse, Sicily
> Rembrandt, Aristotle with a Bust of Homer (1654), Metropolitan Museum of Art, New York
> Francisco Goya, The Third of May 1808 (1814), Prado, Madrid
> Edouard Manet, The Dead Torero (1864), National Gallery of Art, Washington DC
> Paul Cézanne, Mont Sainte-Victoire from Les Lauves (1904-1906), Pushkin Museum of Fine Arts, Moscow
> Michelangelo, Sistine Chapel ceiling and altar wall frescoes (1508-1541), Rome
> Leonardo da Vinci, The Adoration of the Magi (c. 1481), Uffizi Gallery, Florence
> Pablo Picasso,, Guernica (1937), Reina Sofia Museum, Madrid
> Titian, Danaë (1544-1546), Museo Nazionale di Capodimonte, Naples
> Raphael, The School of Athens (1510-1511), Stanza della Signatura, Vatican Palace, Rome
> Parthenon Sculptures (Elgin Marbles) (c. 444BC), British Museum, London
> Henri Matisse, The Dance (1910), Hermitage Museum, St Petersburg
> Théodore Géricault, The Raft of the Medusa (1819), Louvre, Paris
> Katsushika Hokusai, Thirty-Six Views of Mount Fuji (1829-1833), series of woodblock prints, copies in major museums worldwide
> Pieter Bruegel the Elder, Hunters in the Snow (1565), Kunsthistorisches Museum, Vienna
> Ice Age paintings (about 30,000 years old) in the, Chauvet Cave, Ardèche
> Richard Serra, Torqued Ellipses (1996), includes works on permanent view at the Guggenheim Museum, Bilbao
> Jasper Johns, Flag (1954-1955), Museum of Modern Art, New York
> Simone Martini and Lippo Memmi, The Annunciation (1335), Uffizi Gallery, Florence
> Jean-Antoine Watteau, Gilles (1718-1719), Louvre, Paris
> Hans Holbein,, The Dead Christ (1521-1522), Kunstmuseum, Basel
> Diego Velázquez, Las Meninas (1656), Museo Nacional del Prado, Madrid
> Funerary Mask of, Tutankhamun (1333BC-1323BC), Egyptian Museum, Cairo
> San Rock Art, South African National Museum, Cape Town, and at open air sites.

Basta de TV (I)



Gracias a diego Passamonte

Libros: Al emprender la lectura de "Viaje al fin de la noche" de Celine

Siempre había temido estar casi vacío, no tener, en una palabra, razón seria para existir. Ahora, ante la evidencia de los hechos, estaba bien convencido de mi nulidad personal. En este medio demasiado diferente de aquel en el que había adquirido mezquinas costumbres, me había disuelto al instante. Me sentía muy próximo a dejar de existir, pura y simplemente. Así, ahora lo descubría, en cuanto habían dejado de hablarme las cosas familiares, ya nada me impedía hundirme en una especie de hastío irresistible, en una forma de catástrofe dulzona y espantosa. Una asquerosidad.
Louis-Ferdinand Céline. Viaje al fin de la noche. Barcelona, Edhasa, 2004. Tr. Carlos Manzano. Págs. 253-254

Una cachetada. Burlona e ironica a veces. Pero también dolorosa, otras tantas. Eso me está pareciendo despues de 100 páginas, Viaje al fin de la noche, la novela mas famosa del discutido (por su antisemitismo) Louis-Ferdinand Céline (Coubervoie, Francia; 27 de mayo 1894 - París; 1 de julio 1961). Eso si, la prosa es sublime.

Biografía
> biografia en wikipedia.

Sito internet (en francés)
http://louisferdinandceline.free.fr/

Libros en italiano sobre Céline:
> Philippe Alméras, Céline, Corbaccio, 1997. Recensioni: siti web "la Frusta" e IBS
> AA.VV., Intervista con Louis-Ferdinand Céline. Introduzione di Erri De Luca, minimum fax, 1996
> Francesco E. Negro, Céline medico e malato, Franco Angeli, 2000
> Massimo Raffaeli, Céline e altri francesi, Pequod, 1999

Articulos sobre Celine:
>Céline, el profeta de la decadencia de Giselle Dexter y Roberto Bardini
> Reseña de la biografia escrita por la mujer de Céline en la nacion
> en el diario el mundo.
> en el diario la nación.
> en el caffé literario de la Comunità (itliana) dei Socialisti Autonomisti e Liberali
> in http://www.girodivite.it/antenati/xx2sec/_celine.htm

Literatura: escritores malditos, heterodoxos y alucinados

Estos si que eran Monstruos. Breves Biografias de Escritores Malditos, heterodoxos y alucinados, en el diario el mundo de España.
La primera es de Celine

El Tiempo es oro. La democracia y el tiempo



jueves, 7 de diciembre de 2006

Memento mori. Virgilio, Kafka y Rebelais. Según Borges













Jorge Luis Borges en Sicilia
Foto de Ferninando Scianna

Liliana Hecker: Virgilio quiso quemar La Eneida, pero no llegó a hacerlo. Kafka encomendó la desaparición de su obra nada menos que a su amigo Max Brod. ¿No cree que en el fondo ningún artista, y ningún ser humano, quiere desaparecer, no dejar rastros?

Jorge Luis Borges: Yo creo que, en el caso de Virgilio, lo que él quería dejar claro era que él no consideraba que La Eneida fuera perfecta; no la había concluido; el libro quedó inconcluso. Lo que él quería decir era: yo no asumo la responsabilidad de esa obra. Y Kafka también. Pero al mismo tiempo ellos sabían que los amigos iban a desobedecerlos, porque, si no, la hubieran quemado ellos, es evidente...

[En cambio] Dicen que [François] Rabelais dijo: “Voy hacia el gran tal vez”. Le grand peutêtre.

Aquí, en radar de Página12, la entrevista completa a Borges, sobre la muerte y la vida.

martes, 5 de diciembre de 2006

Cine: Caché de Michael Haneke


Caché
Niente da nascondere
di Michael Haneke, 2005
Credits
Michael Haneke (screenplay)
Cast:
Daniel Auteuil .... Georges Laurent
Juliette Binoche .... Anne Laurent
Maurice Bénichou .... Majid
Annie Girardot .... Georges's Mom
Dalla recensione "L’Empire du côté obscure. Il rimosso della Francia postcoloniale"
di Ludovica Fales su www.jgcinema.org:
Majid é l’incubo nascosto (caché) nelle pieghe del passato di Georges Laurent. ...Majid è il rimosso della Guerra d’Algeria, l’incubo della Francia contemporanea, chiusa nella sua ossessione securitaria. È il passato coloniale francese che non si può asportare, ogni giorno riportato alla memoria dalla presenza di migranti delle ex-colonie francesi.
In Caché Georges Laurent non può sfuggire al figlio di Majid, che lo blocca nel bagno del suo ufficio, costringendolo ad affrontare il dolore e l’indignazione. Vediamo, nell’ultima scena, discutere e scherzare il figlio adulto di Majid con il figlio adolescente di Georges: alla fine di entrambi i film il rimosso postcoloniale, ormai svelato, prende il microfono, come nel rap dei Suprême Ntm, ed esprime, questa volta alla pari, le sue ragioni.

¿Qué es la literatura? Responde: Nicolás Casullo

"La literatura te permite un grado de libertad y de relación con lo real, de sondeo de cosas que ni siquiera sabés cómo preguntarlas, pero la estás preguntando. En un ensayo se hace una interrogación explícita, ahí ya hay un mundo que, como dirían los surrealistas, queda censurado. El concepto es una censura; en cambio en la literatura se puede decir lo indecible, se pueden exponer cosas de las que se tiene apenas una intuición, y además tenés la libertad de que todo es admisible en la literatura"

Entrevista completa en Pagina12

Historia argentina: los años 60 por Nicolás Casullo










Entrevista de Silvina Friera a Nicolás Casullo en Pagina 12 de hoy a proposito de la reedicion de su libro "Para hacer el amor en los parques" del 1969 prohibido por Onganía. Casullo es ensayista, profesor e investigador de historia en las universidades de Buenos Aires y Quilmes. Aquí algunas de las cosas que dijo en la entrevista:

“Era una época muy signada por una pregunta: ¿Para qué estamos haciendo lo que estamos haciendo?”, cuenta Casullo.


la época respira la antinovela, la contranovela, el antiarte, el quebrar el arte para expresar el arte definitivo. Era un momento marcado por las neovanguardias, que se anticiparon bastante a las vanguardias políticas".

"(había) una nueva situación, de la que me río mucho, que es la pareja sesentera, la revolución sexual, la posibilidad de quebrar toda una serie de prohibiciones y de mitos que la familia argentina tenía programados, especialmente para las mujeres".

"El viaje a París es ya anacrónico, viene de la prosapia de la literatura y del intelectual argentino. ...Claramente el viaje a La Habana reemplaza al de París, pero de La Habana regresaba gente que no volvía como se volvía de París, con cuatro o cinco autores leídos. Regresaban para un ejercicio más militante, de cuadro político.

“Hay que hacer lo que hicieron los cubanos”. "La verdad estaba instalada; iba a ser una revolución socialista en el marco de un camino violento. Si vos debatías mucho no servías como militante, porque no podías hacer de la discusión el eje de tu vida.

"¿Vas a seguir dando materias o vas a sacar la universidad a la calle para relacionarla con las villas miseria? La idea era que tanto la academia como el campo artístico abandonase sus sitios clásicos, sus modelos, su cultura burguesa para salir a politizar el mundo y fundirse con la vida"

"Lo de la morgue lo veo como la representación de la muerte de una época".

Reflexiones: El sueño de la razón

A propósito de la famosa frase de Goya...




viernes, 1 de diciembre de 2006

Historias: Tragaperras por Sandra Russo

Tragaperras
Por Sandra Russo
Contratapa de Página 12 de hoy

Noto su presencia a mis espaldas. Suele pasar acá, en el Hipódromo, que algunos se enamoran de una máquina y sólo juegan en ella. Ludopatía con una pizca de fetichismo. Y si tienen que esperarla, la esperan. Una, dos horas. Y la de ellos es una presencia concentrada, espesa, que carga con un cuerpo y su ansiedad. La ansiedad del jugador es sólida, no líquida. Se puede uno partir el cráneo contra ella.
No me puedo concentrar y uno viene a buscar aquí sólo eso: un punto fijo que borre los demás. No viene a ganar ni viene a perder. Viene a perderse. Me estoy por ir, pero ella me dice:
–No, no.
–¿Quiere esta máquina? A mí me dan todas lo mismo.
–No, no quiero jugar, querida. Quiero ver cómo les va a los demás.
Le sonrío porque su voz es fina y protectora. Le pregunto:
–¿Se quedó sin plata?
–No, no. Tengo dólares, pero no quiero cambiarlos todavía. Prefiero mirar cómo les va a los demás.
–A mí me está yendo mal.
–¿A usted también, querida? A veces creo que arrastro conmigo la mala suerte.
Escucho eso y recién entonces la miro bien: es bajita, de unos setenta y pico, rubia, una abuela. Vestida con recato barrial. Me lanza como una bocanada toda su desesperanza. Estoy dada vuelta en la butaca. Le doy la espalda a la máquina y hablo con ella, que como la mujer en la película de Almodóvar, también está en una especie rara de coma profundo.
–¿Perdió mucho? –le pregunto. Es evidente.
–Quince mil dólares. En un año. Eran todos los ahorros de mi familia. De mi marido. Mi marido si sabe me mata. Cuando lo sepa, me mata.
Y el diálogo siguió, en otro no-lugar: ya no estábamos en ese lugar de ruido insoportable y de época difusa, de tiempo impreciso y de temperatura artificial, sino en el no-lugar que éramos nosotras dos, conectadas por la necesidad de decir su historia y mi necesidad de escucharla decirla. Y vi a una mujer que había encontrado lo que había ido a buscar, creyendo que buscaba entretenerse. Se había perdido. Ahorraba centavos en la leche de oferta en el supermercado y se seguía jugando los quince mil dólares. Se había jugado la plata de los regalos de cumpleaños de los nietos. Babeaba sus vilezas en medio de un llanto lento, imperceptible. En media hora, debe haber dicho “quince mil dólares” unas treinta veces: ésa era la consistencia espesa de su pérdida, algo que ella había dado en sacrificio. Y no sabía por qué. Eso la enloquecía. No sabía por qué.
A veces, en situaciones inesperadas, tienen lugar aproximaciones humanas bastante extrañas. Supongo que ésos son el tipo de aproximaciones que busca permanentemente la literatura. De ellas sale alguna verdad. Y hasta puede ser que sepamos que ellas nos revelan una verdad y no tengamos idea de cuál es. Esa mujer perdida que salió al cruce de mis propios laberintos, estoy segura, seguirá en mi vida, de alguna forma. Quedó adherida a mi memoria.
La ranura de la máquina, la longitud de las palancas, la sincronicidad de las luces y la demoledora, narcotizante música del azar, tienden su trampa y desparraman sufrimiento. Pero allí donde la soledad se difumina como las sombras en las párpados femeninos, he visto, algunas otras veces, cómo brotan raras asociaciones entre desconocidos. Un hombre, por ejemplo, que sin ninguna otra intención (seguí atentamente toda la escena y lo vi irse solo y sin haber pedido un teléfono ni haberse presentado) repartió su ganancia con una adolescente que sollozaba en la máquina de al lado. Una mujer que terminó acariciando fraternalmente la espalda de un hombre que golpeaba a la máquina como si quisiera forzarla a darle un bonus.
Intenté hacerle comprender a la abuela que era imposible que recuperara sus quince mil dólares. Que tenía que parar. Ella asentía con la cabeza y estrujaba con fuerza las manijas de su cartera.
Cuando me fui, me di vuelta y la vi sentada en la máquina, en la que yo había dejado, sola otra vez, con el alma en la punta de los dedos con los que apretaba los botones. Se volvió y me vio. Su debilidad y la mía optaron por desearse, en silencio, buena suerte.

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