miércoles, 20 de junio de 2007

La vida en Buenos Aires: reabre el "Café de los Angelitos"

Se me pianta un lagrimón....

El tango está de fiesta: reabre el Café de los Angelitos



El tradicional reducto de Rivadavia y Rincón estuvo 15 años cerrado. El edificio original, frecuentado por Gardel y Troilo, entre otros, tuvo que ser demolido tras el derrumbe de un techo. Esta noche se reinauguró oficialmente el nuevo local. Y a partir de mañana, volverá a recibir a los fanáticos del 2x4.

(La nota de Clarín sigue acà)

martes, 19 de junio de 2007

Pintura: el taller de Francis Bacon

'I feel at home here in this chaos because chaos suggests images to me. And in any case I just love living in chaos'
Francis Bacon on 7 Reece Mews

Nota en RevistaÑ

ARTE
La obra póstuma de Bacon: su taller

Infinidad de pedazos de diarios, libros y revistas, montañas de pintura, capas geológicas de mugre fueron catalogados y transportados al país natal del artista, Irlanda. De ese "humus", decía, surgió su obra.

JULIAN BELL . Nueva York

A una lámina del Atlas-Manuel des maladies de la bouche, traducción francesa de libro de medicina alemán de 1894, le falta casi la mitad. El trapezoide arrancado muestra: "Fig. 1": una foto muy retocada de unos labios abiertos con fórceps que revelan encías desfiguradas por un absceso, dientes cascados y espuma alrededor de la lengua. La cromolitografía con su carne roja destaca como una viñeta ovalada sobre el fragmento color crema del papel brillante. Pero el papel fue manchado luego por pinceladas cargadas de verde y cerúleo; a la derecha se ven huellas digitales en azul-negro y violeta, pequeñas salpicaduras de amarillo y rojo. Los bordes del papel están rasgados y recortados, una grieta lo recorre como un río donde los dedos lo doblaron: el corte vertical es consecuencia de décadas de excesivo manoseo.

Se trata de uno de los varios miles de artículos que fueron catalogados en 1998, cuando se llevó a cabo la limpieza del cuarto de trabajo bastante exiguo de Reece Mews, Kensington, Londres SW7. Esta habitación fue ocupada por el artista Francis Bacon desde 1961 —cuando cumplió cincuenta y dos años— hasta su muerte en 1992. Durante seis años el taller de Bacon permaneció en un limbo imperturbable, pero en 1998, gracias a las negociaciones realizadas entre la Galería Hugh Lane, de Dublín, que cuenta con una de las principales colecciones de arte moderno y contemporáneo de Irlanda, y el compañero y heredero de Bacon, John Edwards, todo su contenido (no sólo cada pedazo de papel, sino hasta las paredes con incrustaciones de pintura) fue embalado y transportado al museo. Allí fueron colocados nuevamente en una sala de exposición construida a ese fin, exactamente en el mismo desorden en que Bacon los había dejado en Londres. De esta manera el pintor (cuyo padre inglés criaba caballos en Irlanda) volvió a la tierra de su infancia. La curadora de Hugh Lane, Margarita Cappock, reseña y analiza el inventario en su libro, profusamente ilustrado Francis Bacon's Studio.

En general, lo que describe Cappock son papeles. Su equipo de trabajo encontró imágenes impresas rotas no sólo de libros médicos sino de revistas; fotos pisoteadas de amigos de Bacon; bocetos apurados de composiciones; proyectos arrugados y garabateados de imágenes ("sombras color carne", "cama del crimen", "carne vista en un cajón"). Había libros de fotografías de animales salvajes y libros de arte con reproducciones de Velázquez y de Ingres. Todo eso fue apilándose entre cajas de champaña, rodillos de pintura, pinceles, potes y latas a lo largo de tres décadas, formando estibas alrededor de una senda hasta el caballete. En las mesas de trabajo, tubos de pintura destapados se confundían en conglomerados montañosos. Apoyadas contra las paredes y las ventanas y también en el piso había desparramadas cientos de telas con agujeros en lugares en que, en algún momento, había habido caras. Registros fotográficos anteriores indican que un espejo circular en plata repujada —una reliquia de la prehistoria del pintor, de sus intentos juveniles de trabajar en diseño de interiores— fue uno de los pocos elementos que siempre reinó orgulloso en medio de todo ese embrollo sucio y deprimente.

»A medida que vamos habituándonos a ese entorno y a la mentalidad que lo animó, más sentimos que este engominado de 54 años con su camisa ordinaria de Jermyn Street controlaba el obturador por interpósita persona. Tiene que haber sido perfectamente consciente de la imagen que daba: dicen que se complacía en medio de ese "abono" que lo rodeaba y del cual habían brotado sus imágenes. Podría decirse de Reece Mews que no fue simplemente una declaración de estilo, sino la obra escultórica única del artista —el equivalente de «étants Données de Duchamp, la instalación que estuvo a disposición del mundo recién después de su muerte—. Y si durante todo el tiempo manejó los hilos, deseando oscuramente reubicar el estudio desde el más allá, ¿qué hay de la basura que tomamos como pista?, ¿era sólo un señuelo, una trampa? ¿Lo que han estado aferrando esos dedos manchados de pintura es nuestra credulidad?

Estos pensamientos surgen porque los comentarios del propio Bacon siguen dominando en gran medida la literatura acerca de él. El interés por Bacon no muestra indicios de disminuir. Entre las distintas exposiciones de los últimos dos años, Francis Bacon: la violencia de lo real, en Düsseldorf, y Francis Bacon: Pinturas desde 1950, que se originó en Norwich, Inglaterra, y ahora viaja a Estados Unidos, presentaron catálogos importantes. El último incluye un largo ensayo de Michael Peppiatt, el biógrafo de Bacon. Por su parte, el curador de la muestra de Düsseldorf, Armin Zweite, concluye su texto con la observación de que el arte de Bacon "requiere continuos esfuerzos para explicar el proceso y el producto", y esta recomendación sin duda es muy tenida en cuenta.

Además del libro de Cappock, se publicaron otros dedicados al taller de Bacon, entre ellos Francis Bacon: Committment and Conflict, un nuevo estudio general por Wieland Schmied, y In Camera: Francis Bacon: Photography, Film and the Practice of Painting, de Martin Harrison, un análisis exhaustivo del uso que hacía Bacon de los materiales que tomaba como punto de partida. Todas estas publicaciones tienen aspectos valiosos (digamos de paso que el libro de Cappock está diseñado con elegancia, contiene información sólida y ofrece muchas percepciones locales elocuentes). De todas maneras, leamos cual leamos, las expresiones que más trascienden y se fijan en nuestra mente son las del propio Bacon. Por ejemplo, "Abrir las válvulas del sentimiento y de ese modo volver a arrojar al observador a la vida con más violencia" y "el realismo debe ser reinventado".

(c) The New York Times y Clarín

Traducción de Cristina Sardoy

Un coro de murmullos (Critica)

Yacimientos
por Daniel Link

en última instancia, no es "yo" el que habla (...) sino un coro de murmullos a los que sería imposible atribuirles nombres propios

No soy muy original si digo que la instancia de enunciación teatral es muy compleja: el texto, una vez escrito, pasa al laboratorio del director, donde se convierte en otra cosa. Pero están además los actores, cuya obsesión pasa por la construcción del personaje. Ellos, para poder decir de tal o cual modo un parlamente, necesitan contextualizarlo. Cuando ese contexto, como sucede en El amor en los tiempos del dengue, no es claro, lo inventan. A propósito de una de sus intervenciones en la pieza, Fabiana Rey me decía que el personaje que desempeñaba en ese momento estaba por salir a la calle a encontrarse con su amante, y que eso le permitía desarrollar la gestualidad y el tono de quien ha sido interrumpido. En otro momento, Santiago Giralt introduce un parlamento que yo no escribí y respecto del cual tengo mis reservas. Después del ensayo general, le pregunté si él realmente quería decir esa línea. Me contestó que sí. Yo, naturalmente, le dije que se sintiera libre de hacerlo, precisamente porque el personaje había pasado a ser completamente suyo, lo que involucra el derecho a la palabra, entre otras cosas.
La historia que desarrollan Fabiana Rey y Fabiana Falcón es, así, muy diferente de la historia que desarrollan Esteban Meloni y Santiago Giralt cuando interactúan entre sí, aún cuando las palabras en las que se basan son las mismas (y si se consideran los cruces, las historias vuelven a multiplicarse). Cada uno hace de su personaje una cosa viva y, como los estilos de actuación son muy diferentes, las ideologías de la persona que de ellos se deducen son también distintas.
Un dramaturgo, pienso, no puede sino vivir como un enriquecimiento esas operaciones sucesivas que, como en la minería, van revelando capas sucesivas de una geología inextricable. ¿Acaso la conciencia misma, desde Proust hasta Lévy-Strauss, no ha sido pensada como la superposición de capas geológicas?
No importa si "yo" acuerda con tal o cual decisión porque, en última instancia, no es "yo" el que habla en el teatro sino un coro de murmullos a los que sería imposible atribuirles nombres propios. Como género literario, el texto teatral es el más complejo y el más abarcador: despojado de didascalias, el parlamento del personaje se podría leer como la poesía. Multiplicadas las didascalias al infinito, el texto se transformaría en una novela. Así, el teatro contiene a la poesía y a la novela, como formas complementarias. Al mismo tiempo, las excede, porque necesita, por definición, de la carne (la encarnación).
Ningún actor (sobre todo, ningún buen actor, como es el caso de los cuatro que aceptaron la invitación para representar El amor en los tiempos del dengue) puede ser considerado como un títere o un mero soporte físico para la voz de otro. La encarnación lo transforma todo, la conciencia del que actúa, la conciencia del personaje, la conciencia del que escribe, como un seísmo que pone en contacto las más antiguas placas geológicas con la arenilla de sentido que los vientos arrancan de las piedras. El teatro es un ritual tectónico (por eso, en mi perspectiva, se liga con la autoctonía).

Cuesta Abajo (Poesia de Juan Carlos Villavicencio)

CUESTA ABAJO
de Juan Carlos Villavicencio
a Gardel, obvio

Aún persisten las huellas de lo oculto
tras el tiempo abandonado
por el azar i sus temores.
La tristeza desde sombras asomada
i la ausencia de los aires repetidos:
de nocturnos senderos caminante
el destino las presencias retiraba
i el espejo la locura de creer.

Antes ciego i un futuro las tinieblas
penitentes de los cosmos más australes.
Ahora rueda hacia el abismo
esa hora inexacta que perdura
en la niebla del recuerdo el pasado
que se pierde como dados en la arena.

Persiste el fantasma en un silencio
continuo de dolores i distancias
donde vientos mis pisadas ya perdían
bajo el astro con las manos enlutadas
i ojos brujos mal cerrados para dar.

Contrastes (Fotos)

Filtraciones en la estación Jujuy de la Línea E












(Gracias a enelSubte.com)

viernes, 8 de junio de 2007

La vida en el subte: Accidente

Accidente en estación Medrano, Línea B
El suicidio de una mujer en plena hora pico produjo la interrupción total de la línea durante más de dos horas. Relato de una testigo en el lugar del hecho.
Fuente: enelsubte.com

jueves, 7 de junio de 2007

Libros para leer: "Teatro completo" de Daniel Link

Daniel Link.
Teatro completo.
Buenos Aires, Eloísa Cartonera, 2007

Información, Ideas y puesta en escena de "El amor en los tiempos del dengue" en el blog de Daniel Link

Escribir: devenir otro (Nota de Gilles Deleuze)

Devenir
Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe S.A., Madrid:
devenir (1)
1. intr. Ocurrir, suceder, acaecer:
2. Llegar a ser, convertirse en algo.
devenir (2)
1. m. Cambio, transformación, transcurso:
2. filos. Proceso mediante el cual algo se hace o llega a ser.


"La literatura y la vida", de Gilles Deleuze
(nota completa en el blog descontexto)

Los libros hermosos están escritos en una especie de lengua extranjera (PROUST, Contre Sainte–Beueve)

Escribir indudablemente no es imponer una forma (de expresión) a una materia vivida. La literatura se decanta más bien hacia lo informe, o lo inacabado, como dijo e hizo Gombrowicz. Escribir es un asunto de devenir, siempre inacabado, siempre en curso, y que desborda cualquier materia vivible o vivida. Es un proceso, es decir un paso de Vida que atraviesa lo vivible y lo vivido. La escritura es inseparable del devenir; escribiendo, se deviene–mujer, se deviene–animal o vegetal, se deviene–molécula hasta devenir–imperceptible.

[...]
Lo que hace la literatura en la lengua es más manifiesto: como dice Proust, traza en ella precisamente una especie de lengua extranjera, que no es otra lengua, ni un habla regional recuperada, sino un devenir–otro de la lengua, una disminución de esa lengua mayor, un delirio que se impone, una línea mágica que escapa del sistema dominante.

[...]
Diríase que la lengua es presa de un delirio que la obliga precisamente a salir de sus propios surcos. En cuanto al tercer aspecto, deriva de que una lengua extranjera no puede labrarse en la lengua misma sin que todo el lenguaje a su vez bascule, se encuentre llevado al límite, a un afuera o a un envés consistente en Visiones y Audiciones que ya no pertenecen a ninguna lengua.
[...]
Sucede a veces que se felicita a un escritor, pero él sabe perfectamente que anda muy lejos de haber alcanzado el límite que se había propuesto y que incesantemente se zafa, lejos aún de haber concluido su devenir. Escribir también es devenir otra cosa que escritor. A aquellos que le preguntan en qué consiste la escritura, Virginia Woolf responde: ¿Quién habla de escribir? El escritor no, lo que le preocupa a él es otra cosa.

lunes, 4 de junio de 2007

Libros para leer: "Lo que hay antes que haya algo" de Liniers


Lo que hay antes de que haya algo
por Liniers
Textos e ilustraciones
Pequeño editor
Colección Fuelle.
24 páginas color
11,5 x 11,5 cm

Escribir los versos más tristes (Poesía)

Puedo escribir los versos más tristes esta noche
de Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.

(para yudith que pidió mas poemas)

viernes, 1 de junio de 2007

Retener las cosas (Kafka)

"Las cosas que se me ocurren no se me presentan por su raíz, sino por un punto cualquiera situado hacia el medio. Tratad, pues, de retenerlas, tratad de retener esa brizna de hierba que sólo empieza a crecer por la mitad del tallo, y no la soltéis"
F. Kafka
(Tomado del blog Nuevos cuerpos)

La octava maravilla (Historia Argentina)

La increible historia del megamausoleo peronista
La octava maravilla Un descamisado 45 metros más alto que la Estatua de la Libertad. Una base más grande que el Luna Park. 14
ascensores. Un salón grecorromano con paredes de mármol, frisos y columnas. Una cúpula revestida de mosaicos con pepitas de oro. Una basílica laica. Y un sarcófago de 400 kilos de plata para albergar el cuerpo de Eva Perón. Sin embargo, los restos de la obra faraónica más grande de la Argentina yacen enterrados cerca de ATC.

(por Ignacio Jawtuschenko para Radar, Página 12 del 10/10/2004, encontrado en el blog Ignoria)

Fotos: Noche (de Sebastián Freire)

Ronda
(Sebastián Freire)

Citas: Como van las cosas (Shakespeare)

Poet
Good day, sir.

Painter
I am glad you're well.

Poet
I have not seen you long: how goes the world?

Painter
It wears, sir, as it grows.

Act 1, Scene 1
Author: Shakespeare William
Title: TIMON OF ATHENS