martes, 20 de febrero de 2007

Reflexiones: Construcciones y plagio

Premio LA NACION-Sudamericana 2006: El jurado revocó el fallo del certamen de novela

El jurado del certamen de novela LA NACION-Sudamericana 2006 decidió anteayer revocar el fallo que había establecido como ganadora a la obra Bolivia Construcciones , firmada por Bruno Morales (seudónimo del periodista Sergio Di Nucci), luego de haber constatado la existencia de una serie de similitudes entre el texto presentado por Di Nucci y la novela Nada, de la escritora catalana Carmen Laforet, publicada en 1944 y ganadora de la primera edición del premio Nadal en 1945. Las semejanzas fueron señaladas al jurado por un joven lector de LA NACION, de 19 años, que acababa de leer la novela española.

Si bien la acción de Nada transcurre en la España posterior a la Guerra Civil y Bolivia Construcciones narra las peripecias de un inmigrante boliviano en Buenos Aires, el jurado que integran los escritores Carlos Fuentes, Tomás Eloy Martínez, Griselda Gambaro, Luis Chitarroni y Hugo Beccacece encontró las similitudes señaladas entre ambas novelas particularmente en los pasajes de Bolivia Construcciones (202 páginas) que van de la página 167 a la 200. Ni en ese tramo ni en ninguna otra parte de la obra de Di Nucci se menciona la novela Nada, así como tampoco se menciona a Carmen Laforet.

El artículo de La Nación del Jueves 8 de febrero de 2007 continúa aquí y contiene la defensa del autor.

Yo hago mia la opinión de Elsa Drucaroff* en Revista Veintitrés (citada por Daniel Link):

La semiología y el análisis del discurso sostienen que nadie puede hablar como la Biblia dijo que habló Adán, por primera vez, sacando palabras de la nada. Toda palabra que se pronuncia ya ha sido dicha, viene contaminada de connotaciones, juicios de valor, tradiciones, etc., y por lo tanto hablar es citar a muchos, escribir también. Esto no supone que quien escribe sea un pasivo repetidor, porque se trata de dialogar. Cada palabra que se dice o escribe dialoga con ella misma, dicha o escrita antes por otros. En literatura este fenómeno es constante. Pero a veces opera a partir de un procedimiento muy consciente, que en la posmodernidad está de moda: ese procedimiento se llama intertextualidad. Ahora bien, ¿cuándo hay intertextualidad y cuándo simple plagio? El grupo Bajtin sostiene que entre el discurso referido y el discurso que refiere "se dan relaciones dinámicas de gran complejidad y tensión". Por mi parte, he leído las dos novelas y no considero que en las transcripciones que hace Di Nucci de Nada, de Carmen Laforet, estas relaciones estén dadas. La transcripción es casi textual, sólo se cambia la primera persona femenina por una primera masculina y las palabras españolas por palabras verosímiles para el narrador boliviano: es decir, se borran las marcas en vez de producir ese diálogo al que se alude en la intertextualidad.
*Novelista
y crítica literaria


Aquí, en cambio, intercalados, los párrafos de la novela Nada y los párrafos en Bolivia construcciones y algunas algunas opiniones sobre el tema, en el ambito del intenso debate que se ha creado alrededor del tema:

Literaturas comparadas Intercalados, los párrafos de la novela Nada y los párrafos –copias o hipertextos- en Bolivia construcciones. A modo de ejemplo, porque hay más. En el blog de Daniel Link.

Construcciones y deconstrucciones:La revocación de un premio literario por Quintín en el blog lalectoraprovisoria.wordpress.com

Bajo sospecha por Diego Rojas para revista Veintitres.

Literaturas postautónomas por Josefina Ludmer (artículo en el sito loescrito sobre las novelas Bolivia Construcciones y Monserrat de Daniel Link)

Aquí una entrevista al autor en OH! revista del diario boliviano Los Tiempos(antes de la revocación del premio)

Mas sobre el caso: un link que agrupa los links sobre la polémica acá. La discutible carta que firmaron luminarias de la puanera defendiendo a Di Nucci acá, otras repercusiones acá, un muy buen fotomontaje a partir de todo este asunto lo encontrarán acá y un comentario bastante sesudo e interesante de Llach lo pueden leer acá
(gracias al Rufián Melancólico)

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