Días que duran un minuto
de Manuel Padorno
Hay días, como hoy, que sólo duran
un minuto. Lo sé. Blancos hachazos.
Cuando bajé a la playa, tan temprano
me di cuenta de que hoy era un día de esos.
No terminé de recorrerla, abierta
cuando cayó la tarde. En el paseo
era noche cerrada. Unos segundos.
Tanta velocidad, caí en la cuenta:
después de amanecer anochecía.
Vertiginosa fuga, volteada.
Apenas cruza la mañana funde
el mediodía; sale la tarde; entra
la noche sideral, rueda vacía.
Hay días, como hoy, que solo duran
un minuto. Te sajan velozmente.
Un hachazo sin más; como si el tiempo
fuera el filo veloz que te descarna.
Tajo de tiempo, soplo fulminante
que te reduce escasamente a un rato,
vivido hoy, fugaz relampagueo
entre el día, la noche de la gloria.
En Manuel Padorno; Hacia otra realidad (2000). Tusquets; Barcelona.
Tomado de "Sueños a pila", el blog de Diego Passamonte
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